El año que viene España alcanzará un momento cr*tico, desde el punto vista demográfico, para el desarrollo del mercado de trabajo, del sistema de pensiones y de la protección social en general.

Será entonces cuando su población se dividirá a partes iguales –el 50%– entre quienes están en edad de trabajar, porque tienen entre 16 y 64 años, los activos, y quienes por edad están fuera del ámbito del mercado laboral. Es decir, los menores de 16 y los mayores de 64.



O, dicho de otra manera, España ha llegado ya a una situación de riesgo demográfico de un activo por un pasivo. Máxime, cuando 4,8 millones de los 23 millones de activos están en paro.



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