En un solar, entre las viviendas de la calle de la Hiedra y las vías que dan al acceso sur de la estación de Chamartín, trabajan desde ayer los técnicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en el montaje de la cabeza de corte de la tuneladora que horadará el nuevo túnel de AVE entre Chamartín y Atocha.

La pieza, un mastodonte de hierro y acero cuyo diámetro supera los once metros, tuvo que ser transportada desde Alemania por piezas ya que su peso supera las 175 toneladas. Ahora, los trabajos para encajarla con el motor de la máquina –de otras 200 toneladas– se alargarán, si no hay contratiempos, durante un mes.

En abril, según las previsiones de los encargados del proyecto, los vecinos de la plaza de Castilla afectados por las obras dejarán de ver la máquina ante sus ojos. Será entonces cuando el gran gusano metálico comenzará su trabajo bajo la superficie. Movida mediante 18 motores con una potencia total de 6.300 kilovatios, la tuneladora no volverá a ver la luz del sol, ya en la glorieta del Emperador Carlos V, hasta un año y medio después.

Una hora para encajarla
Sólo el traslado y descenso hasta el pozo de ataque de la cabeza de corte de la tuneladora, cargada en una grúa, se alargó durante casi una hora. Juan Arroyo, responsable de la empresa que ha construido la máquina, informó de que en esta labor estuvieron empleadas unas treinta personas. Lo más complicado de esta tarea, según Arroyo, lo constituye el emplazamiento del pozo de ataque que cuenta con «poco espacio».

Hasta el momento los trabajos se han desarrollado sobre todo durante el día, por la noche, llegaba la hora de los cometidos más silenciosos. Ayer algunos de los vecinos de la calle de la Hiedra decidieron tomarse con filosofía los trabajos en el nuevo vecino y decidieron salir a hacer fotos a la enorme tuneladora. La máquina se encargará de excavar los 6,9 kilómetros soterrados de este proyecto que medirá, en total, 7,3 kilómetros.






Fuente:

http://www.larazon.es


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